¿Alguna vez has considerado que el amor romántico puede ser una vocación, similar a ser maestro o músico? ¿Sientes que estás naturalmente inclinado al amor o que luchas para mantener tus relaciones?
¿Qué quiero decir con eso de “vocación para el amor”?
Esencialmente, esto se refiere a una inclinación innata y una pasión auténtica para amar y ser amado, en un sentido romántico. La vocación para el amor no se trata solo de sentir emociones intensas al principio de una relación. Va más allá, implica la habilidad y el compromiso para mantener y nutrir ese amor a lo largo del tiempo.
Desde una perspectiva psicológica, la vocación para el amor se puede ver como un equilibrio saludable entre el apego seguro y la autonomía. Aquellos con una verdadera vocación para el amor tienen la habilidad de entrelazar sus vidas con las de sus parejas sin sentirse atrapados o abrumados. Pueden amar y ser amados, al mismo tiempo que mantienen su individualidad y su espacio personal.
Veámoslo desde este ángulo. Imagina que tu relación es como un jardín. Cuando tienes vocación para el amor, eres como el jardinero que no solo planta las semillas al principio, sino que también se esfuerza en regarlas, cuidarlas y protegerlas de las plagas. Disfruta el proceso de ver cómo su jardín crece y florece con el tiempo. Y aunque a veces puedas encontrar retos, como la sequía o las malas hierbas, tu pasión, disposición y compromiso por el jardín te lleva a buscar soluciones y a perseverar para que se vea bonito y esté saludable.
¿Cómo saber si tú la tienes? Vamos a aplicarles un test...
Test para conocer tu vocación para el amor
Para cada pregunta que voy a darte, responde con "sí", "a veces" o "no".
¿Sientes y expresas genuina preocupación por el bienestar de tu pareja, incluso cuando tú estás pasando por momentos difíciles?
¿Eres capaz de entender y compartir los sentimientos de tu pareja, incluso cuando son diferentes a los tuyos?
¿Te adaptas bien a los cambios y a las necesidades cambiantes en tu relación sin perder tu identidad?
¿Tienes paciencia con tu pareja, incluso cuando hace algo que te molesta o te frustra?
¿Eres confiable y constante en tu comportamiento y emociones a lo largo del tiempo?
¿Preservas tu individualidad y autonomía a la vez que mantienes una conexión emocional profunda con tu pareja?
¿Te sientes cómodo(a) expresando tus sentimientos y necesidades a tu pareja?
¿Eres capaz de escuchar y entender las necesidades y sentimientos de tu pareja, incluso cuando son diferentes a los tuyos?
¿Disfrutas tanto del tiempo que pasas a solas como del tiempo que pasas con tu pareja?
¿Estás dispuesto(a) a trabajar en los problemas de tu relación en lugar de evitarlos o huir de ellos?
Ahora vamos a calificar convirtiendo tus respuestas en números y luego sumando:
Cada “Sí”, vale 2 puntos.
Cada “A veces”, vale 1 punto.
Cada “No”, vale 0 puntos.
Si obtienes entre 18 y 20 puntos, tienes una sobresaliente vocación para el amor. Este puntaje sugiere que posees una comprensión sólida y natural de las necesidades emocionales y relacionales, tanto tuyas como de tu pareja. Eres capaz de demostrar compasión, empatía y paciencia, y te adaptas bien a los cambios en la relación.
Si obtienes entre 9 y 17 puntos, tienes una vocación “estándar” para el amor. Este resultado indica que tienes algunas de las habilidades y actitudes necesarias para cultivar una relación saludable y satisfactoria, pero también hay áreas que podrían beneficiarse de más atención. Observa las preguntas a las que respondiste con "a veces" o "no" para identificar las áreas en las que podrías trabajar.
Si obtienes entre 0 y 8 puntos, bien podrías dedicarte mejor a la jardinería o la exploración espacial, porque tu nivel de vocación para el amor, está un tanto deteriorado. Este puntaje sugiere que puede haber desafíos significativos que te impiden disfrutar plenamente de tus relaciones románticas o que podrías estar luchando para entender y responder a las necesidades emocionales y relacionales, ya sean las tuyas o las de tu pareja. No te preocupes, cada habilidad puede ser desarrollada con voluntad, perseverancia y compromiso.
Si no saliste con buena calificación acá, ¿qué tan malo puede ser? ¿Cómo afecta esto a tus relaciones románticas?
Las personas con una baja vocación para el amor pueden encontrar que sus relaciones suelen ser pasajeras, llenas de conflictos, o que se sienten insatisfechos o aburridos en ellas. Esto puede ser porque luchan para equilibrar sus propias necesidades y deseos con los de su pareja, o porque carecen del compromiso o la pasión necesarios para trabajar a través de los retos en una relación.
Supón que una persona siempre ha luchado en sus relaciones, se siente insatisfecha, ansiosa y tiende a evitar los conflictos en lugar de resolverlos. Esto podría ser un signo de que esta persona carece de una vocación para el amor. En cambio, puede que esté buscando la satisfacción inmediata y la emoción que suele venir con el inicio de una relación, pero lucha cuando llega el momento de trabajar y mantener la relación a largo plazo.
Y si no tengo esta vocación, ¿la puedo desarrollar?
Si tienes conciencia y voluntad es posible. Si te das cuenta de que careces de una vocación para el amor, no te desesperes. Al igual que cualquier habilidad, esto puede desarrollarse con tiempo y perseverancia. Vamos a ver las cualidades necesarias para esto y observa que cada una de estás corresponde en el mismo órden a las preguntas del test, para que te sea más fácil identificar en qué te conviene esmerarte más. Veamos:
Compasión: La compasión implica un sentido de preocupación y cuidado por los demás, especialmente cuando están pasando por dificultades. Por ejemplo, si tu pareja ha tenido un mal día, muestras compasión cuando puedes empatizar con su malestar, con amabilidad y tal vez hacer algo para ayudarle a sentirse mejor, como prepararle una cena o darle un masaje.
Empatía: La empatía es la capacidad de entender y compartir los sentimientos de otra persona. Por ejemplo, si tu pareja está preocupada por una presentación importante en el trabajo, puedes mostrar empatía al reconocer sus sentimientos ("Entiendo que estés nervioso, es una presentación importante") y ofrecer tu apoyo ("Estoy aquí para ti. ¿Cómo puedo ayudar a prepararte?").
Flexibilidad: Ser flexible en una relación significa ser capaz de adaptarse a los cambios y a las necesidades cambiantes. Por ejemplo, si tu pareja obtiene un nuevo trabajo que requiere más viajes, muestras flexibilidad al adaptarte a esta nueva situación, tal vez asumiendo más responsabilidades en casa o trabajando para mantener la conexión emocional a pesar de la distancia.
Paciencia: La paciencia implica tolerar dificultades o inconvenientes con una adecuada regulación emocional. Por ejemplo, si tu pareja tiene el hábito de llegar tarde, puedes mostrar paciencia al mantener la calma, expresar tus sentimientos de manera constructiva y buscar soluciones juntos en lugar de empezar a lanzar objetos punzocortantes y fuego al aire.
Consistencia: La consistencia significa ser confiable y estable en tu comportamiento y emociones. Si dices que vas a hacer algo, lo haces. Si prometes estar en un lugar a una hora determinada, estás allí. Esta cualidad es crucial para crear un sentimiento de seguridad en una relación. Se le llama “devolverle el valor a la palabra”.
Balance: El balance en una relación implica mantener tu individualidad y autonomía mientras mantienes una conexión emocional con tu pareja. Por ejemplo, puedes pasar tiempo con tus amigos o dedicarte a tus hobbies, pero también reservas reservar tiempo de calidad para tu pareja.
Comunicación: Ser capaz de expresar tus sentimientos y necesidades de manera efectiva es vital en una relación. Por ejemplo, en lugar de guardar resentimiento porque tu pareja olvidó hacer algo y ponerte a fraguar tu venganza, eliges comunicarte abierta y honestamente, diciendo algo como: "Cuando olvidaste hacer esto, me sentí frustrado porque me importa que podamos confiar el uno en el otro para hacer las cosas que dijimos que haríamos".
Comprensión: Ser capaz de escuchar y entender las necesidades y sentimientos de tu pareja, incluso cuando son diferentes a los tuyos, es una habilidad esencial. Por ejemplo, si tu pareja está estresada por un problema en el trabajo, escuchas sus preocupaciones y ofreces comprensión y apoyo, incluso si no entiendes todos los detalles de su situación laboral. No empiezas con el “no es para tanto”.
Independencia: Mantener tu independencia en una relación implica disfrutar tanto del tiempo que pasas a solas como del tiempo que pasas con tu pareja. Por ejemplo, te sientes cómodo pasando tiempo solo, haciendo actividades que te gustan, y valoras este tiempo para ti mismo tanto como valoras el tiempo que pasas con tu pareja.
Compromiso: Estar dispuesto a trabajar en los problemas de tu relación, en lugar de evitarlos o huir de ellos, demuestra un alto nivel de compromiso. Por ejemplo, si tu pareja y tú tienen desacuerdos recurrentes sobre cierto tema, en lugar de evitar el tema, eliges abordarlo y buscar soluciones juntos. Digamos que no echas la basura debajo del tapete no te haces el ciego al “elefante en la habitación”
En conclusión
La vocación para el amor no es algo de lo que se habla comúnmente, pero es un concepto que puede tener un impacto significativo en nuestras relaciones. Ya sea que te des cuenta de que tienes una fuerte vocación para el amor o de que es algo en lo que necesitas trabajar, la clave es recordar que todas las habilidades pueden desarrollarse con el tiempo.
El amor, al igual que cualquier otro aspecto de nuestras vidas, requiere esfuerzo, compromiso y un deseo de crecer y aprender. No importa dónde te encuentres en tu camino hacia el amor, recuerda siempre que eres capaz de amar y ser amado. Y si estás dispuesto a trabajar en ello, puedes desarrollar una fuerte vocación para el amor.
Así que, la próxima vez que te encuentres reflexionando sobre tu vida amorosa, recuerda la idea de la vocación para el amor. Puede que te proporcione una nueva perspectiva y te ayude a entender mejor tus propias experiencias y las de tu pareja. Y, lo más importante, puede ayudarte a cultivar relaciones románticas más sanas, satisfactorias y duraderas.
Para saber más:
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Fehr, B., Harasymchuk, C., & Sprecher, S. (2014). Compassion in romantic relationships: A dyadic approach. Personal Relationships, 21(3), 396-417.
Gottman, J. M., & Levenson, R. W. (1992). Marital processes predictive of later dissolution: behavior, physiology, and health. Journal of personality and social psychology, 63(2), 221.
Reis, H. T., & Shaver, P. (1988). Intimacy as an interpersonal process. Handbook of personal relationships, 24(3), 367-389.
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